Gadamer se preguntaba: “¿Cómo es posible, después de la profundidad de Anaximandro, quien hablaba del infinito indeterminado, la vuelta al aire como sustancia primordial?” Según él, la pregunta se origina en un malentendido. La así llamada "Escuela de Mileto" no existió nunca como tal y por lo tanto no tiene sentido pensar a Anaximandro como seguidor de Tales y a Anaxímenes como discípulo de Anaximandro.
En su Física, Aristóteles dice que hay dos tipos de naturalistas: los que sostienen que las cosas se generan por condensación y rarefacción y los que afirman que se producen por separación y mezcla. Si bien no lo nombra explícitamente, es evidente que sitúa en el primer grupo a Anaxímenes y su doctrina del aire como elemento fundamental.
En su Metafísica, Aristóteles presenta a los milesios como aquellos que identificaron la causa con la materia. El aire de Anaxímenes sería entonces el elemento material. Pero con esta interpretación —que responde más a los intereses de Aristóteles que a lo que realmente quiso decir Anaxímenes— queda oculta otra interpretación más profunda: la de Anaxímenes como representante de la idea del cambio de las cosas. (Jaeger dice que “Anaxímenes intentó derivarlo todo de las metamorfosis que experimenta el aire”.)
Con Anaxímenes aparece por primera vez el procedimiento demostrativo, más allá de la ingenuidad de sus argumentos. Lo importante es que él pretendía fundamentar sus afirmaciones acerca de las cosas.
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